Regalos y Maneras

• Regalar una pecera con peces de colores es como ofrecer el fondo del mar en miniatura. Requiere ciertos cuidados, pero éstos pueden convertirse en un excelente hobby.

• No hay buenos o malos regalos. Sólo hay buenas intenciones o desinterés manifiesto. Son cosas que siempre se notan.

• Si regalas un bonsái, procura que no tenga la apariencia de un triste arbusto, sino que sea vistoso y lo más parecido posible a un árbol.

• En una conversación, nunca digas para mostrar tu desacuerdo: "Eso es mentira". Puedes decir lo mismo expresándote con mayor delicadeza.

• Si tu interlocutor te dice algo ridículo, no lo descalifiques con expresiones irónicas. Comenta: "Vaya, qué curioso..." el efecto es el mismo, pero evitas ofenderle.

• En una reunión social, ten siempre dispuesta tu sonrisa. Resultarás agradable para todo aquel que te presenten.

• Si alguien está hablando, no le interrumpas nunca. Demostrarías un gran egoísmo al privarle de protagonismo en la conversación para apropiártelo tú.

•  Cada cargo público tiene su tratamiento. No asciendas a nadie por encima de sus atribuciones, o pensaría que te ríes de él.

• Regla de oro elemental para la urbanidad y la cortesía: sé transigente.

• Un dicho popular afirma que se quieres ser interesante debes olvidarte de ti mismo. Para conseguirlo, procura ser natural. La naturalidad, puedes creerlo, no está en absolito reñida con las buenas maneras.

• Una presencia agradable y pulcra no lo es todo para desenvolverte en sociedad. Debes ser también hábil en el arte de la conversación.

• Cuando hables, nunca emplees muchos gestos y ademanes, sino únicamente los que te sean preciosos.

• Si surge una discusión, discute cuanto quieras, pero nunca disputes.

• Un caleidoscopio es un objeto más curios que adornan la infancia. Pero es también una inesperada y agradable sorpresa para un adulto si lo recibe por su cumpleaños. No lo desdeñes para obsequiar a un amigo.

• ¿Quién no se ha sentido cautivado, durante la infancia, por un globo terráqueo? Regálale una a esa amistad que sabes que lo recibirá con ilusión.

• Cálzate unas cómodas zapatillas de suela mullida cuando te encuentres en tu piso. Tu vecino de abajo no tiene por qué oir tus taconeos.