martes, 16 de febrero de 2021

Regalos y Buenas Maneras (I)

    
 Cuando escojas un regalo no pienses: "Es un objeto útil?" Piensa más bien: "¿Es bonito, le gustará a quien lo reciba?"
Se regala muchos objetos. Siempre se regalan objetos. Siempre embargo, hay un tipo de regalo que no es un objeto: se trata de la cortesía.

    Regalar dinero en lugar de un objeto no es hacer un auténtico obsequio: es sólo desidia.

    Si no tienes muy buena mano para la cocina, prepara para tus invitados esos platos sencillos que sabes hacer y esmérate en su presentación. Para disimular tus deficiencias, afrece buenos vinos.

    Una vida sin detalles no es vida.

    Cada época tiene sus propios modos de cortesía. No caigas en el ridículo empleando fórmulas de educación de desuso.

    Ten siempre en los labios el "Por favor" y, también, las "Muchas gracias".

    Escoger un buen regalo para alguien no sólo requiere conocerle bien, sino también tener bastante imaginación.

    Llegar a "educar" el gusto es una cuestión de experiencia, pero para conseguirlo tienes que pasar antes por mil disgustos.

    Los buenos modales requieren en ocasiones un férreo autodominio. Son, por tanto, un excelente ejercicio de autodisciplina.

   No te fíes sin excepción de la gente bien educada. Según se sabe, Hitler, una de los "borrones" del siglo XX, fue una persona de trato encantador y de finos modales.

    Si no puedes estar allí cuando sea el aniversario de alguien muy querido, hazle llegar un ramo de flores.

    El tiempo, el fútbol y la político son los temas más vulgares de toda conversación. Respecto a contar chistes, no sólo resulta vulgar, sino que es el claro síntoma de que la reunión ya decae irremisiblemente.

    Si estás a dieta, no aceptes demasidas invitaciones a cenar.
    
    Puede que hayas tenido un pequeño enfado con tu pareja. ¿Qué mejor ocasión para hacer las paces con un regalo?

    Ningún obsequio es excesivo. Lo más caro y preciso puede convertirse en un simple detalle cariñoso si sabes ofrecerlo con delicadeza.

    Evita beber si cenas con tu jefe. Recuerda que el alcohol puede hacerte decir muchas tonterías.

    Si invitas a cenar a unos amigos en tu casa, esmérate en ofrecerles un ambiente agradable. el que les ofrezcas una buena comida, es tan sólo el complemento para que la reunión sea un éxito.

    No cometas la torpeza de ser puntual en una fiesta: te arriesgas a tener que ayudar a los anfitriones a preparar los canapés.

    En público, no te escarbes los dientes con un palillo. no se trata sólo de mantener las buenas maneras, sino de evitar hacer el ridículo con los gestos grotescos de tu cara.

    Está bien tener un detalle con tus seres queridos en sus aniversarios, pero procura sorprenderles también en cualquier otra fecha. Sólo porque sí.

    No sigas los vaivenes de la moda al pie de la letra. añade a tu indumentaria sólo lo verdaderamente elegante que ofrezca la nueva moda.

    






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