Cuando preparas acelgas, seguro que sueles tirar los tallos. Sin embargo son deliciosos si sabes cómo prepararlos: cuécelos con agua hirviendo y escúrrelos. Después rebózalos en huevo y harina y fríelos en una sartén con aceite de oliva. Escúrrelos y deja que reposen sobre papel absorbente de cocina para que pierdan el exceso de grasa. ¡Estarán deliciosos!
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