Fórmula ecológica y simple. Extrae las semillas de una papaya madura, tritúralas y agrega una cucharadita de aceite de caléndula y unas gotas de árbol de té. Aplica la mezcla en el rostro haciendo pequeños circulos y lava con agua templada. Bate la papaya restante con una cucharada de arcilla verde y un cubito de hielo. Con un pincel extiende y aplica un tónico hidratante suave. ¿Resultado? ¡Belleza y suavidad en el rostro!
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