Cuida de tu lavadora.

    Lavar con agua fría ayuda a ahorra energía, pero conviene que, de vez en cuando, si todo lo lavas en frío, pongas alguna lavadora a 60 o 90 grados. La razón es que los restos de jabón (especialmente el que es en polvo) acaba obstruyendo los conductos restando eficacia al lavado y provocando averías en el aparato. Si haces una lavadora con agua caliente de vez en cuando, ésta disolverá los restos de jabón y tu lavadora se mantendrá mejor y durante más tiempo. Alargar su vida será un gran ahorro para tu bolsillo.