Artritis Reumatoide

  

QUE ES:

Se tarta de una dolencia inflamatoria crónica, la más común de las enfermedades reumáticas. En España, afecta a entre el 0,3 y el 1,6% de la población y es más frecuente en mujeres que en hombres. Si bien puede presentarse a cualquier edad, es más común en personas de entre 35 y 45 años.

CAUSA

No se conocen, aunque sí se sabe que influyen factores ambientales, como el tabaco, y la predisposición genética. Esta última está presente en el 20-30% de los casos y, si bien no se sabe exactamente por qué, se sospecha que podría aparecer como consecuencia de la producción de unos determinados anticuerpos: una secuencia de aminoácidos que están presentes en exceso o bien de una variante de la proteína llamada tirosina fosfatasa intracelular. Ésta última parece aumentar de forma importante el riesgo a sufrir esta enfermedad.

SÍNTOMAS

Los más frecuentes son los dolores articulares (que suelen empeorar por las mañanas y por la noche), la rigidez en diferentes articulaciones al levantarse de la como (que puede durar desde 15 minutos hasta una hora) y la inflamación de más de dos articulaciones, generalmente las de los dedos de las manos y de los pies, hasta el punto de llegarse a deformar. Conforme avanza la dolencia, puede afectar a otras zonas del cuerpo. Los nudillos de los dedos se deforman, se tuercen y, en algunos pacientes, es posible que se vean afectados otros órganos y que exista una mayor predisposición a sufrir dolencias como fibrosis pulmonar, pericarditis y vasculitis. El trastorno más frecuente es, sin embargo, el síndrome de más frecuente es, sin embargo, el síndrome de Sjogre, una dolencia que causa sequedad de la boca y de los ojos y que está presente en aproximadamente el 35% de los casos de los pacientes con artritis reumatoide.

DIAGNÓSTICO

Se realiza clínicamente, es decir, basándose en los síntomas que presenta el paciente. Por regla general, la existencia de inflamación en dos o más articulaciones en manos y pies ya hace sospechar la presencia de esta enfermedad. Se solicita, además, una analítica para valorar diferentes parámetros como anti péptidos citrulibados (anti-CCP) y el factor reumatoide (FR) que, si resultan positivos, confirman el diagnostico, pero que, si resultan negativos, tampoco lo descartan.

TRATAMIENTO

 Es muy importante realizar un diagnóstico rápido para, de esta manera, actuar lo antes posible, ya que la enfermedad avanza con mayor rapidez durante los dos primeros años. Ante la inflamación articular, se inicia un tratamiento con antiinflamatorios o corticoides. Los fármacos antirreumáticos enlentecen el curso de la enfermedad y, a veces, pueden llegar a detener su progresión. El más usado es el metotrexato, que ha demostrado proporcionar una mejoría importante en estos casos. Si los antirreumáticos no funcionan, en algunos pacientes se pueden utilizar fármacos biológicos. Existen otros medicamentos, a base de anticuerpos monoclonales, como el Adalimunab o el infliximab, entre otros, que mejorar el rendimiento físico. Además de la medicación, mantenerse activo y hacer ejercicio ayuda a disfrutar de una mejor calidad de vida.