Por lo general, prestamos poca atención a las rejillas de ventilación de cocina o los cuartos de baño porque suelen estar ocultas o en lugares de difícil acceso. Sin embargo, acumulan polvo y grasa que impide que realicen su función. Por eso, pasa periódicamente por ellas el aspirador o un cepillo para eliminar el polvo, y si tienen suciedad impregnada, lávalas con agua y un poco de detergente lavavajillas.
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