QUISIERA SER
Quisiera ser tan alta como la Luna,
¡ay, ay!, como la Luna, como la Luna;
para ver los soldados de Cataluña.
¡ay, ay!, de Cataluya, de Cataluya.
De Cataluya vengo de servir al rey,
¡ay, ay!, de servir al rey, de servir al rey;
y traigo las noticias de mi coronel,
¡ay, ay!, de mi coronel, de mi coronel.
Al pasar por el puente de Santa Clara,
¡ay, ay!, de Santa Clara, de Santa Clara;
se me cayó el anillo dentro del agua,
¡ay, ay!, dentro del agua, dentro del agua.
Por sacar el anillo saqué un tesoro,
¡ay, ay!, saqué un tesoro, saqué un tesoro;
una Virgen de plata y un cristo de oro,
¡ay, ay!, un Cristo de Oro, un Cristo de Oro.
UNA TARDE
Una tarde fresquita de mayo
cogí mi caballo y me fui a pasear
por la senda donde mi morena,
graciosa y hermosa, solía pasar.
Yo la vi que cogía una rosa,
yo la vi que cogía un clavel,
y le dije: "Jardinera hermosa,
me das esa rosa, me das el clavel."
Yo te juro que eres la primera
de quien flores espera coger;
por tanto, jardinera hermosa,
me das esa rosa, me das el clavel.
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