Este tipo de colchón natural, que proporciona frescor en verano y calor en invierno, necesita unos cuidados específicos para que se conserve siempre sus propiedades: absorbe la humedad, por lo que hay que airearlo todos los días durante unos minutos antes de hacer la cama; también hay que darle vuela a diario, si es posible, para que la parte inferior se ventile y no ha que lavarlo (ni en agua ni en seco), por lo que es aconsejable utilizar fundas protectoras transpirables, de algodón, para evitar la humedad.
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