Para conseguir un rebozado finísimo pero crujiente, desmenuza con los dedos la harina y mézclala con el resto de los ingredientes. Añade poco apoco ½ litro de agua templada y mezcla con las varillas, evitando que se formen grumos. Cubre el recipiente con un paño y deja reposar la masa durante media hora y... ¡lista para rebozar!
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