Si acabas de mancharte una prenda, enchufa al instante la plancha, coge papel absorbente de cocina y humedece con agua un trozo. Coloca un trozo de papel seco encima de la tabla de planchar, coloca el trozo de la prenda manchada encima y, por último, coloca el trozo de papel absorbente humedecido. Plancha y repite esta operación las veces que sea necesario; de este modo, la mancha desaparecerá sin dejar rastro.
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