Para que las gritas que se forman en los platos de porcelana se blaqueen y no presenten un aspecto dejado y sucio, prepara una pasta con bicarbonato y un poco de agua y aplícala en toda la ranura: las gritas se blanquearán y pasarán más desapercibidas. Si lo haces de vez en cuando, las mantendrás siempre blancas.
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