Seguramente te lo decían tus padres y, probablemente, lo digas tú también a tus hijos, pero un gran método de ahorro energético en casa es apagar las luces de las habitaciones que abandonemos. Aveces, salimos de una estancia y nos dejamos la luz encendida; evitarlo. A menos que hablemos de la cocina, que ya se sabe que entramos y salimos muy a menudo, cuando salgas de una habitación, dale al interruptor.
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