Un fertilizante que resulta efectivo y sobre todo muy natural es una cucharada de miel disuelta en un tazón de leche fría. Si lo aplica una vez al mes a sus plantas, será suficiente para que crezcan fuertes. También da buenos resultados agua de cocer los huevos (fría naturalmente) o añadir a la tierra de la maceas los posos de café con azúcar.
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