sábado, 3 de septiembre de 2016

Al Cole

Comportamientos habituales durante el período de adaptación:
  • Niños que lloran: es la manifestación más generalizada.
  • Niños que no lloran y participan en la escuela de forma resignada porque la actividad les resulta novedosa, pero en el hogar manifiestan conductas negativas.
  • Niños que lloran y se niegan a ser atendidos por extraños.
  • Niños que se mantienen aislados, no participan, no se relacionan, permanecen sin moverse.
  • Niños que se aferran fuertemente a algún objeto que traen de casa, participan pero con el objeto en la mano.


Coti Coloma, Tutora de la UP, en un artículo de la revista digital Universo UP brinda a los padres una serie de pautas muy interesantes para facilitar la incorporación del niño/a al mundo educativo:

 Consejos para los padres
1.    Estén convencidos de su decisión. No generen dudas, inseguridad ni culpabilidad por el hecho de dejar a su hijo en el Jardín: Es un lugar seguro, positivo y especialmente pensado para ellos.
2.    Creen desde el principio una buena comunicación con el maestro  de su hijo. 
3.    Participen en la escuela a través de las actividades que les propongan o mediante sus propias iniciativas. 
4.    Sean constantes en la asistencia y los horarios. 
5.   Demuestren interés por  lo que su hijo ha hecho y aprendido cada día. 
Estrategias que ayudan a los niños 
1.    Antes del inicio oficial del curso, visitar la escuela con el niño. Esto le permitirá conocer los espacios principales, los profesionales y puede que a algún compañero, y le aportará seguridad. 
2.   Adaptar los horarios de casa, a los de la escuela, al menos una semana antes del inicio. 
3.  Hacer partícipes al  niño en la compra de su nuevo material: uniforme, mochila, pintor... 
4.   Explicarles las rutinas básicas que va a realizar en la escuela. 
5.  Practicar con él las autonomías básicas que le vayan a ser necesarias: colgar su bolsa en la percha, bajarse el pantalón, lavarse la cara, pedir agua… 
   Llevarlo en persona los primeros días de cole y, en la medida de lo posible, intentar también ir a buscarlos a la salida. En caso de no ser los padres quienes lo retiren,  avisarle  quién irá y procurar que sea siempre la misma persona. 
7. Despedirse siempre de él. Sin engaños. Es posible que llore, en ese caso le mostraremos consuelo pero no alargaremos demasiado la despedida. Recuérdenle siempre que volveremos  por él y asócienlo a una situación temporal que conozca, más que a una hora ya que no podrá entenderlo (Por ejemplo, “Papá vendrá a buscarte después de merendar”). 
8. Si la escuela lo permite, puede llevar objetos transicionales o de apego (peluche, mantita…) que le servirán de apoyo y consuelo al quedarse solo los primeros días.

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