Los frigoríficos que no disponen del sistema no frost y que acumulan hielo y escarcha gastan más energía, ya que el aire no puede circular bien y para enfriar un alimento en el congelador debe hace un esfuerzo energético extra y trabajar el doble. Por eso, es conveniente limpiarlos, al menos, cada seis meses para que la capa de hielo no supere los 3 milímetros de grosor. Si sigues esta buena costumbre, conseguirás ahorrar un 30% de energías, tus alimentos se conservarán mejor, más tiempo y por menos dinero.
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