Con el paso del tiempo, las bombillas se cubren de polvo, igual que cualquier otro elemento en casa. Estas motas de polvo hacen que la luz no sea exactamente la que debería y que no pase adecuadamente a través del cristal o la pantalla de la lámpara. De modo que, para aprovechar la luz en su totalidad, es recomendable, de vez en cuando, pesarles un trapo tanto a las bombillas como a las pantallas de las lámparas, en especial a las del techo.
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