Por lo general, los perros acaban generando legañas en la zona del lagrimal de los ojos o en los párpados. A nosotros nos corresponde que sus ojos estén en buen estado, y para ello, diariamente controlaremos que no tengan legañas y, si las hay, procederemos a eliminarlas con una gasa empapada en suero fisiológico o con agua hervida y una pizca de sal.
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